domingo, 3 de junio de 2012

"El Fútbol es sagrado"

Por Alejandro Rodríguez para la Revista Integración Nacional

El fútbol es parte de los argentinos.

Asoman los palos de la construcción que hacen de arcos en los terrenos baldíos; los grafitis rojos, negro, azules y amarillos y de mil colores; los niños que bufan cuando un automóvil interrumpe el match que disputan en la calle; los televisores pasando el fútbol en directo en todos los bares; camisetas de todos los clubes entre la gente: uno se encuentra con Messi, con Tévez, con Mascherano, con Higuaín, con Riquelme y con Trezeguet en cada esquina; las chicanas que le hace un amigo al otro al cruzarse en la calle, en referencia a algún partido sobre el que habían apostado; los colectivos de línea repletos de hinchas subiendo por calle Colón en dirección al estadio Malvinas Argentinas; los señores entrados en edad en la vereda leyendo el suplemento deportivo; el análisis minuto a minuto en el mostrador de la carnicería; el silencio sepulcral de las siestas los días domingos y el vago rumor de Víctor Hugo relatando un trabado partido entre vaya a saber Dios qué dos rivales.

Más allá de los desinteresados, los escépticos y los híbridos, éste noble deporte se mezcla con nuestras vidas de forma inevitable.

Pero nuestra intención es destacar otro aspecto que el fútbol ofrece.

La llamada “Ley del Deporte”, ley 20.655/74 sancionada durante la tercera presidencia del Teniente General Juan Domingo Perón decía en su artículo primero:

“El Estado atenderá al deporte en sus diversas manifestaciones considerando como objetivo fundamental:

a) La utilización del deporte como factor educativo coadyuvante a la formación integral del hombre y como recurso para la recreación y esparcimiento de la población;

b) La utilización del deporte como factor de la salud física y moral de la población;

c) El fomento de la práctica de competencias deportivas en procura de alcanzar altos niveles de las mismas asegurando que las representaciones del deporte argentino a nivel internacional sean la real expresión de la jerarquía cultural y deportiva del país;”

Estos eran algunos de los puntos fundamentales del espíritu de la ley sancionada, que nunca alcanzó plena vigencia, desafortunadamente, y a principios de la década de los 90 dejaron de funcionar aquellos aspectos de la ley que habían encontrado lugar.

En tanto el desarrollo de los clubes sociales y deportivos estuvo ligado al desarrollo urbano (extensión de las líneas del ferrocarril y la consecuente construcción de los barrios de los obreros que trabajaban allí; la fundación de pueblos y barrios; etc.) y cumplieron la función de dar un lugar de esparcimiento para las actividades de los habitantes de un determinado lugar, logrando la inclusión de los distintos sectores que la componían. Es fundamental el papel de los clubes.

El deporte más popular puede ser la punta de lanza, si nuestro objetivo es darle al deporte la importancia que el peronismo le dio y que se expresó en la ley mencionada.

Pero durante el menemismo los clubes fueron cooptados por intereses empresariales que se dedicaron a hacer negocios con los derechos de transmisión por televisión que pertenecía a los clubes; con las instalaciones, los estadios y fundamentalmente con los pases de los jugadores; desmantelaron las divisiones inferiores y se redujo la actividad del resto de las disciplinas, entre otros males.

Esto provocó, en términos deportivos, que el nivel futbolístico de las ligas argentinas disminuyera notablemente, condición que aun se expresa en nuestro días: Rosario Central, River, Ferro, Quilmes, Gimnasia y Esgrima de La Plata y Huracán descendieron a la segunda categoría; Independiente, Racing y San Lorenzo pelean para no disputar los lugares del descenso; el nivel de la primera división no tiene el brillo de años anteriores. Además, se dio la quiebra de muchos clubes que tienen historia en nuestro fútbol como Talleres o Deportivo Español, que sobrevive a duras penas, sin contar con los cientos de clubes barriales o pueblerinos que dejaron de existir.

Es menester que el Estado intervenga para revertir esta situación. El “FÚTBOL PARA TODOS” y la “Copa Argentina” son dos pasos que nos permiten desandar el camino del retroceso. Pero aún queda mucho por hacer para recuperar la función social e inclusiva de los clubes. La popularidad del fútbol puede ser fundamental en esta discusión.

"EL FÚTBOL ES SAGRADO... Desde aquella revelación hasta nuestros días, nunca me he sentido solo en el inquietante sendero de la existencia", decía Roberto Fontanarrosa. Una expresión de que el fútbol es parte de nuestra cultura, en la pluma del “Negro”.

Mientras tanto, en la tele, All Boys derrota a Independiente y Belgrano de Córdoba convierte el 1 a 0 frente a Atlético Rafaela con un tiro libre penal.

Quien escribe espera ansiosamente el momento en que los once del club de sus amores estén parados en la cancha, y que el referí ordene, con un pitido, que el partido está en marcha…