miércoles, 19 de diciembre de 2012

19 de Diciembre de 1971

Un 19 de Diciembre de 1971, en el estadio Antonio Vespucio Liberti, alias, el Monumental de Nuñez, la escuadra del Club Atlético Rosario Central, vencia en las instancias semifinales del Nacional ´71 a su clásico rival, Newell´s Old Boys de Rosario, por uno a cero,con gol de "palomita" del eterno Aldo Pedro Poy. En conmemoración de semejante hecho histórico, quiero saludar a todos los canallas en esta fecha, en la que le rompimos el orto a Ñubel por los siglos de los siglos...
Roberto Fontanarrosa, gran Canalla, gran argentino, gran humorista, escritor y dibujante (en ese orden) escribió una vez un cuento que lleva el título de aquella fecha, digno de leer una y otra vez para cualquier amante del fútbol, emocionante hasta las lágrimas para cualquier hincha del Club más grande de Rosario y del territorio argentino:


19 de Diciembre de 1971 - Roberto Fontanarrosa



“Sí yo sé que ahora hay quienes dicen que fuimos unos hijos de puta por lo que hicimos con el viejo Casale, yo sé. Nunca falta gente así. Pero ahora es fácil decirlo, ahora es fácil. Pero había que estar esos días en Rosario para entender el fato, mi viejo, que hablar al pedo ahora habla cualquiera.
“Yo no sé si vos te acordás lo que era Rosario en esos días anteriores al partido. ¡Y qué te digo “esos días”! ¡Desde semanas antes ya se venía hablando, del partido y la ciudad era una caldera, porque eso era lo que era la ciudad! Claro, los que ahora hablan son esos turros que después vos los veías por la calle gritando y saltando como unos desgraciados, festejando en pedo a los gritos y después ahora te salen con que son... ¿qué son?... moralistas... ¿De qué se la tiran, hijos de mil putas? Ahora son todos piolas, es muy fácil hablar. Pero si vos vieras lo que era la ciudad en esos días, hermano, prendías un fósforo y volaba todo a la mierda. No se hablaba de otra cosa en los boliches, en la calle, en cualquier parte. Saltaban chispas, te aseguro. Y la cosa arrancó con el fato de las cábalas. O mejor dicho, de los maleficios.

“Hay que entender que no era un partido cualquiera, hermano, era una final final. Porque si bien era una semifinal, el que ganaba después venía a jugar a Rosario y le rompía el culo a cualquiera. Fuera Central como Ñul, acá le hacía la fiesta a cualquiera. ¡Y cómo estaban los lepra! ¡Eso, eso tendrían que acordarse ahora los que hablan al reverendo pedo y nos vienen a romper las pelotas con el asunto del viejo Casale! ¿No se acuerdan esos turros cómo estaban los lepra? ¿No se acuerdan ahora, mi viejo? Había que aguantarlos porque se corrían una fija, pero una fija se corrían, hermano, que hasta creo que se pensaban que nos iban a llenar la canasta. No que sólo nos iban a hacer la colita sino que además nos iban a meter cinco, en el Monumental y para latelevisión. ¡Pero por qué no se van a la concha de su madre! ¡Qué mierda nos van a hacer cinco esos culosroto! ¡Así se la comieron doblada! ¡Qué pija que tienen desde ese día y no se la pueden sacar! Pero la verdad, la verdad, hermano, con una mano en el corazón, que tenían un equipazo, pero un equipazo, de padre y señor mío.

“Hay que reconocerlo. Porque jugaban que daba gusto, el buen toque y te abrochaban bien abrochado. Estaba Zanabria, el Marito Zanabria; el Mono Obberti ¡Dios querido, el Mono Obberti, qué jugador! Silva el que era de Lanús, el albañil. ¡Montes! Montes de cinco; Santamaría el Cucurucho Santamaría, qué sé yo, era un equipazo, un equipazo hay que reconocer, y la lepra se corría una fija. ¿Sabés cuántos había en la ruta a Buenos Aires, el día del partido? Yo no sé, eran miles, millones, yo no sé de dónde habían salido tantos leprosos. Si son cuatro locos y de golpe, para ese partido, aparecieron como hormigas los desgraciados. Todos fueron. ¡Lo que era esa ruta, papito querido! Entonces, oíme, había que recurrir a cualquier cosa. Hay partidos que no podés perder, tenés que ganar o ganar. No hay tutía. Entonces si a mí me decían que tenía que matar a mi vieja, que había que hacer cagar al presidente Kennedy, me daba lo mismo, hermano. Hay partidos que no se pueden perder. ¿Y qué? ¿Te vas a dejar basurear por estos soretes para que te refrieguen después la bandera por la jeta toda la vida? No, mi viejo. Entonces, ahí hay que recurrir a cualquier cosa. Es como cuando tenés un pariente enfermo ¿viste? tu vieja, por ejemplo, que por ahí sos capaz hasta de ir a la iglesia ¿viste? Y te digo, yo esa vez no fui a la iglesia, no fui a la iglesia porque te juro que no se me ocurrió, mirá vos, que si no... te aseguro que me confesaba y todo si servía para algo. Pero con los muchachos enganchamos con la cuestión de las brujerías, de la ruda macho, de enterrar un sapo detrás del arco de Fenoy, de tirar sal en la puerta de los jugadores de Ñubel y de todas esas cosas que siempre se habla. Por supuesto que todas las brujas del barrio ya estaban laburando en la cosa y había muñecos con camiseta de Ñubel clavados con alfileres, maldiciones pedidas por teléfono y hasta mi vieja que no manya mucho del asunto tenía un pañuelo atado desde hacía como diez días, de ésos de “Pilato, Pilato, si no gana Central en River no te desato”. Después la vieja decía que habíamos ganado por ella, pobre vieja, si hubiera sabido lo del viejo Casale, pero yo le decía que sí para no desilusionarla a la vieja.

“Pero todo el fato de la ruda macho y el sapo de atrás del arco eran, qué sé yo, cosas muy generales, ya había tipos que lo estaban haciendo y además, el partido era en el Monumental y no te vas a meter en la pista olímpica a enterrar un sapo porque vas en cana con treinta cadenas y no te saca ni Dios después, hermano. Entonces, me acuerdo que empezamos con la cosa de las cábalas personales. Porque me acuerdo que estábamos en el boliche de Pedro y veníamos hablando de eso. Entonces, por ejemplo, resolvimos que a Buenos Aires íbamos a ir en el auto del Dani porque era el auto con el que habíamos ido una vez a La Plata en un partido contra Estudiantes y que habíamos ganado dos a cero. Yo iba a llevar, por supuesto, el gorrito que venía llevando a la cancha todos los últimos partidos y no me había fallado nunca el gorrito. A ése lo iba a llevar, era un gorrito milagroso ése. El Coqui iba a ir con el reloj cambiando de lugar, o sea en la muñeca derecha y no en la izquierda, porque en un partido contra no sé quién se lo había cambiado en el medio tiempo porque íbamos perdiendo y con eso empatamos.o sea, todo el mundo repasó todas las cábalas posibles como para ir bien de bien y no dejar ningún detalle suelto. te digo más, estuvimos parados en la tribuna en el partido contra Atlanta para pararnos de la misma manera en el partido contra la lepra. El boludo de michi decía que él había estado detrás del Valija y el Miguelito porfiaba que el que había estado detrás del Valija era él. Mirá vos, hasta eso estudiamos antes del partido, para que veas cómo venía la mano en esos días. ¿Y sabés qué te lleva a eso, hermano, sabés qué te lleva a eso? El cagazo, hermano, el cagazo, el cagazo te lleva a hacer cualquier cosa, como lo que hicimos con el viejo Casale.

“Porque si llegábamos a perder, mamita querida, nos teníamos que ir de la ciudad, mi viejo, nos teníamos que refugiar en el extranjero, te juro, no podíamos volver nunca más acá. Íbamos a perecer esos refugiados camboyanos que se tomaron el piro en una balsa. Te juro que si perdíamos nosotros agarrábamos el “Ciudad de Rosario” y por acá, por el Paraná, nos teníamos que ir todos, millones de canallas, no sé, a Diamante, a Perú, a Cuzco, a la concha de su madre, pero acá no se iba a poder vivir nunca más con la cargada de los leprosos putos, mí viejo. Ya el Miguelito había dicho bien claro que él se la daba, que si perdíamos agarraba un bufo y se volaba la sabiola y te digo que el Miguelito es capaz de eso y mucho más porque es loco el Miguelito, así que había que creerle. O hacerse puto, no sé quién había comentado la posibilidad de hacerse trolo y a otra cosa mariposa, darle a las plumas y salir vestido de loca por Pellegrini y no volver nunca más a la casa. Pero, te digo, nadie quería ni siquiera sentir hablar de esa Posibilidad. Ni se nombraba la palabra “derrota”. Era como cuando se habla del cáncer, hermano. Vos ves que por ahí te dicen “la papa”, o “tiene otra cosa”, “algo malo”, pero el cangrejo, mi viejo, no te lo nombra nadie. Y ahí fue cuando sale a relucir lo del viejo Casale. El viejo Casale era el viejo del Cabezón Casale, un pibe que siempre venía al boliche y que durante años vino a la cancha con nosotros pero que ya para ese entonces se había ido a vivir al norte, a Salta creo, lo vi hace poco por acá, que estaba de paso. Y ahí fue que nos acordamos de que un día, en la casa del Cabezón, el viejo había dicho que él nunca, pero nunca, lo había visto perder a Central contra Ñul. Me acuerdo que nos había impresionado porque ese tipo era un privilegiado del destino. Aunque al principio vos te preguntas, “¿Cómo carajo hizo este tipo pata no verlo perder nunca a Central contra Ñul? ¿Qué mierda hizo? Este coso no va nunca a la cancha”. Porque, oíme alguna vez lo tuviste que ver perder, a menos que no vayás a. los clásicos. Y ojo que yo conozco muchos así, que se borran bien borrados de los clásicos. O que van en Arroyito, pero que a la cancha del Parque no van en la puta vida. Y me acuerdo que le preguntarlos eso al viejo y el viejo nos dijo que no, y nos explicó. El iba siempre, un fana de Central que ni te cuento, pero se había dado, qué sé yo, una serie de casualidades que hicieron que en un montón de partidos con Ñul él no pudiera ir por un montón de causas que ni me acuerdo. Que estaba de viaje por Misiones —el viejo era comisionista—; que ese día se había torcido un tobillo y no podía caminar, que estaba engripado, que le dolía un huevo, qué sé yo, en fin, la verdad, hermano— que el viejo la posta posta era que nunca le había tocado ver un partido en que la lepra nos hubiera roto el orto. Era un privilegiado el viejo y además, un talismán, querido, porque así como hay tipos mufa que te hacen perder partidos adonde vayan, hay otros que si vos los llevás es número puesto que tu equipo gana. No es joda. Y el viejo Casale era uno de éstos, de los ojetudos.

Entonces ahí nos dijimos “Este viejo tiene que estar en el Monumental contra Ñubel. No puede ser de otra forma. Tiene que estar”... Claro, dijimos, seguro que va a estar, si es fana de Central, canalla a muerte. Pero nos agarró como la duda viste? porque nosotros no era que lo veíamos todos los días al viejo, te digo más, desde que el Cabezón se había ido al norte a laburar, al viejo de él no lo habíamos vuelto a ver ni en la cancha, ni en la calle ni en ninguna parte. Además, el viejo ya estaba bastante veterano porque debía tener como ochenta pirulos por ese entonces. Bah, en realidad ochenta no, pero sus sesenta, sesenta y cinco años los tenía por debajo de las patas.

Entonces, con el Valija, el Colorado y el Miguelito decimos “vamos a la casa del viejo a asegurarnos que va y si no va lo llevamos atado”. Porque también podía ser que el viejo no fuera porque no tuviera guita, qué sé yo. Nosotros ya habíamos pensado en hacer una rifa a beneficio, una kermesse, cualquier cosa. El viejo tenía que ir, era una bandera, un cheque al portador.

La cuestión es que vamos a la casa y... ¿a qué no sabés con lo que nos sale el viejo? Que andaba mal del bobo y que el médico le había prohibido terminantemente ir a la cancha, mirá vos. Nos sale con eso. Que no. Que había tenido un infarto en no sé qué partido, en un partido de mierda después que una pelota pegó en un palo, que había estado muerto como media hora y lo habían salvado entre los indios con respiración artificial y masajes en el cuore, que no había clavado la guampa de puro pedo y que le había quedado tal cagazo que no había vuelto a ir a la cancha desde hacía ya, mirá lo que te digo, dos años. ¡Hacía dos años que no iba a la cancha el viejo ese! Y no era sólo que él no quería ir sino que el médico y, por supuesto, la familia, le tenían terminantemente prohibido ir, lógicamente. No sé si no le prohibían incluso escuchar los partidos por radio, no sé si no se lo prohibían, para que no le pateara el bobo, porque parece que el viejo escuchaba un pedo demasiado fuerte y se moría, tan jodido andaba. Vos le hacías ¡Uh! en la cara y el viejo partía. ¡Para qué! Te imaginás nosotros, la desesperación, porque eso era como un presagio, un anuncio del infierno, hermano, era un preanuncio de que nos iban a hacer cagar en Buenos Aires, mi viejo. Entonces empezamos a tratar de hacerle la croqueta al viejo, a convencerlo, a decirle “Pero mire, don Casale, usted tiene que estar, es una cita de honor. ¡Qué va a estar mal usted del cuore, si se lo ve cero kilómetro! Vamos, don Casale —me acuerdo que lo jodía Miguelito— ¿cuántos polvos se echa por día? usted está hecho un toro”. Pero el viejo, ni mierda, en la suya. Que no y que no. Le decíamos que el partido iba a ser una joda, que Ñubel tenía un equipo de mierda y que ya a los quince minutos íbamos a estar tres a cero arriba, que el partido era una mera formalidad, que el gobierno ya había decidido que tenía que ganar Central para hacer feliz a mayor cantidad de gente. No sé, no sé la cantidad de boludeces que le dijimos al viejo para convencerlo. Pero el viejo nada, una piedra el hijo de puta. Para colmo ya habían empezado a rondar la mujer del viejo, madre del Cabezón, y una hermana del Cabezón, que querían saber qué carajo queríamos decirle nosotros al vicio en esa reunión, porque medio que ya se sospechaban que nosotros no íbamos para nada bueno. En resumen que el viejo nos dijo que no, que ni loco, que ni siquiera sabía si iba a poder resistir la tensión de saber que se jugaba el partido, aun sin escucharlo. Porque el viejo los diarios los leía, tan boludo no era, y sabía cómo venía la mano, cómo era la cosa, cómo formaban los equipos, suplentes, historial, antecedentes, chaquetillas, color, todo. Nos dijo más. “Ese día —nos dijo— bien temprano, antes de que empiecen a pasar los camiones y los ómnibus con la gente yendo para Buenos Aires, yo me voy a la quinta de un hermano mío que vive en Villa Diego”. No quería escuchar ni los bocinazos el viejo. “Me voy tempranito a lo de mi hermano, que a mi hermano le importa un sorete el fútbol, y me paso el día ahí, sin escuchar radio ni nada”. Porque el viejo decía y tenla razón, que si se quedaba en la casa, por más que se encerrara en un ropero, algo iba a oír, algún grito, algún gol, alguna cosa iba a oír, pobre desgraciado, y se iba a quedar ahí mismo seco en el lugar. Así que se iba a ir a radicar en la quinta de ese hermano que tenía, para borrarse del asunto.

“Muy bien, muy bien. Te digo que salimos de allí hechos bosta porque veíamos que la cosa venía muy mal. Casi era ya un dato seguro como para decir que éramos boleta. Para colmo, al Valija, el día anterior le había caído una tía del campo y él se acordaba que, en un partido que perdimos con San Lorenzo, esa misma tía le había venido el día antes. Era un presagio funesto el de la tía. Fue cuando decidimos lo del secuestro. Nos fuimos al boliche y esa noche lo charlamos muy seriamente. El Dani decía que no, que era una barbaridad, que el viejo se nos iba a morir en el viaje, o en la cancha, y después se iba a armar un quilombo que íbamos a terminar todos en cana y que, además, eso sería casi un asesinato. Pero al Dani mucha bola no le dimos porque ha sido siempre un exagerado y más que un exagerado, medio cagón el Dani. Pero nosotros estábamos bien decididos y más que nada por una cosa que dijo el Valija: el viejo estaba diez puntos. Había tenido un infarto, es cierto. Pero hay miles de tipos que han tenido un infarto y vos los ves caminando tranquilamente por la yeca y sin hacer tanto quilombo como este viejo pelotudo, con eso de meterse adentro de un ropero, o no ir a la cancha, o dejar que te rigoree la familia como la esposa y la otra, la hermana del Cabezón. Por otra parte, y vos lo sabés, los médicos son unos turros pero unos turros que se ve que lo querían hacer durar al viejo mil años para sacarle guita, hacerle experimentos y chuparle la sangre. Y además, como decía el Miguelito y eso era cierto, vos lo veías al viejo y estaba fenómeno. Con casi sesenta afios no te digo que parecía un pendejo pero andaba lo más bien. Caminaba, hablaba, se sentaba, qué sé yo, se movía. ¡Chupaba! Porque a nosotros nos convidó con Cinzano y el viejo se mandó su medidita, no te digo un vasazo pero su medidita se mandó. La cosa es que el Miguelito elaboró una teoría que te digo, aún hoy, no me parece descabellada. ¡El viejo era un curro, hermano! Un turrazo que especulaba con el fato del bobo para pasarla bien y no laburarla nunca más en la vida de Dios. Con el sover del bobo no ponía el lomo, lo atendían a cuerpo de rey y —la tenía a la vieja y a la hermana del Cabezón pendientes de él —viviendo como un bacan, el viejo. Y... ¿de qué se privaba? De algún faso; que no sé si no fasearía escondido; y de no ir a—la cancha. Fijate vos, eso era todo. Y vivía como Carolina de Mónaco el otario. Bueno, con ese argumento y lo que dijo el Colorado se resolvió todo.

“El Colorado nos habló de los grandes ideales, de nuestra misión frente a la sociedad, de nuestro deber frente a las generaciones posteriores, los pendejos. Nos dijo que si ese partido se perdía, miles y miles de pendejos iban a sufrir las consecuencias. Que, para nosotros y eso era verdad, iba a ser muy duro, pero que nosotros ya estábamos jugados, que habíamos tenido lo nuestro y que, de últimas, teníamos experiencias en malos ratos y fulerías. Pero los pibes, los pendejitos de Central, ésos, iban a tener de por vida una marca en sus vidas que los iba a marcar para siempre, como un fierro caliente. Que las cargadas que iban a recibir esos pibes, esas criaturas, en la escuela, los iban a destrozar, les iban a pudrir el bocho para siempre, iban a ser una o dos generaciones de tipos hechos bolsa, disminuidos ante los leprosos, temerosos de salir a la calle o mostrarse en público. Y eso es verdad, hermano, porque yo me acuerdo lo que eran las cargadas en la escuela primaria, sobre todo.

“Yo me acuerdo cuándo perdimos cinco a tres con la lepra en el Parque después de ir ganando dos a cero, cuando se vendió el Colorado Bertoldi, que todavía se estará gastando la guita, y te juro que yo por una semana no me pude levantar de la cama porque no me atrevía a ir a la escuela para no bancarme la cargada de los lepra. Los pibes son muy hijos de puta para la cargada, son muy crueles. ¿No viste cómo descuartizan bichos, que agarran una langosta y le sacan todas las patas? Son unos hijos de puta los pibes en ese sentido. Y lo que decía el Colorado era verdad. Ahora todo el mundo habla de la deuda externa, y bueno, hermano, eso era algo así como lo de la deuda externa, que por la cagada de cuatro reverendos hijos de puta que empeñaron el país, la tenemos que pagar todos y los hijos y los hijos de nuestros hijos. Y si estaba en nosotros hacer algo para que eso no pasara, había que hacerlo, mi querido. Además, como decía el Colorado, ya no era el problema de la cargada de los pendejos futbolistas, está también el fato del exitismo. Los pibes ven que gana un equipo y se hacen hinchas de ese equipo, son así, casquivanos. Son hinchas del campeón. Entonces, ponele que hubiese ganado Ñubel y... ¡a la mierda! ... de ahí en más todos los pibes se hacían de Ñubel, ponele la firma. Y no te vale de nada llevarlos a la cancha, conversarlos, hablarles del Gitano Juárez o el Flaco Menotti, ni comprarles la camiseta de Central apenas nacen. No te vale de nada. Los pendejos ven que sale River campeón y son de River. Son así. Y en ese momento no era como ahora que, mal que mal, vos los llevás al Gigante y los pibes se caen de culo. Entonces, cuando van al chiquero del Parque, por mejor equipo que pueda tener Ñul, los pibes piensan “Yo no puedo ser hincha de esta villa miseria” y se hacen de Central. Porque todo entra por los ojos y vos ves que ahora los pibes por ahí ni siquiera han visto jugar a Central o a Ñul y ya se hacen hinchas de Central por el estadio. Es otra época, los pendejos son más materialistas, yo no sé si es la televisión o qué, pero la cosa es que se van de boca con los edificios.

“Entonces la cosa estaba clara, había que secuestrar al viejo Casale, o sino aguantarse que quince, veinte años depués, hoy por ejemplo, la ciudad estuviese llena de lepra sos nacidos después de ese partido, y esto hoy ¿sabés lo que sería? Beirut sería un poroto al lado de esto, hermano te juro.

“El que organizó la “Operación Eichmann”, como lo llamamos, fue el Colorado. La llamamos así por ese general aleman, el torturador, que se chorearon de acá una vez los judíos ¿viste? y lo nuestro era más o menos lo mismo. El Colorado es un tipo muy cerebral, que le carbura muy bien el bocho y él organizó todo. El Colorado ya no estaba par ese entonces en la O.C.A.L.. La O.C.A.L., no sé si sabés es una organización de acá, de Rosario, que se llama así porque son iniciales, O.C.A.L “Organización Canalla Anti Lepra”. Son un grupo de ñatos como el Ku-Klux-Klan, más o menos, que se reúnen en reuniones secretas y no sé si no van con capucha y todo a las reuniones, o si queman algún leproso vivo en cada reunión. Mirá yo no sé si es requisito indispensable ser hincha de Central, pero seguro seguro, lo que tenés que hacer es odiar a los lepra. Tenés que odiar más a los lepra que lo que querés a Central. Hacen reuniones, escriben el libro de actas, piensar maldades contra los lepra, festejan fechas patrias de partidos que les hemos ganado, tienen himnos, son como esos tipos los masones esos, que nadie sabe quiénes son. Andan con antorchas. Bueno, de la O.C.A.L., de la O.C.A.L. al Colorado lo echaron por fanático, con eso te digo todo pero es un bocho el Colorado y él fue el que organizó todo el operativo.

“Y te la cuento porque es linda, te la cuento porque es linda, no sé si un día de estos no aparece en el “Selecciones” y todo. Averiguamos qué ómnibus iba para Villa Diego, adonde tenía la quinta el hermano del viejo Casale. Desde donde vivía el viejo, ahí por San Juan al mil cuatro cientos, lo único que lo dejaba en ese entonces, si mal no recuerdo, era el 305 que pasaba por la calle San Luis. O sea que el viejo tenía que tomarlo en San Luis-Paraguay o San Luis-Corrientes, no más allá de eso a menos que fuera muy pelotudo y lo fuera a tomar a Bulevar Oroño que no sé para qué mierda iba a hacer eso. Ahora, la duda era si el viejo se iba a ir en ómnibus o en auto, porque si se iba en auto nos recagaba, pero nos jugábamos a que se iba a ir en ómnibus porque auto no tenía y seguro que el hermano tampoco tenía porque debía ser un muerto de hambre como él, seguramente. Y te digo que la cosa venía perfecta, porque el viejo nos había dicho que iba a salir bien temprano para no infartarse con las bocinas o sea que nosotros podíamos combinarlo con el horario de salida nuestra para el partido. Porque también nos cagaba si salía a la una de la tarde para Villa Diego porque después ¿cómo llegábamos nosotros a Buenos Aires para la hora del partido con el quilombo que era la ruta y en un ómnibus de línea? Lo más probable es que nos hiciéramos pelota en el camino por ir a los pedos. Y por otra parte, hermano, Villa Diego queda saliendo para Buenos Aires o sea que la cosa estaba clavada, era posta posta.

“Después hubo que hablar con los otros muchachos, porque convencer al Rulo no nos costó nada, a él le daba lo mismo y, además, le contamos los entretelones del asunto. Te digo que el Colora manejó la cosa como un capo, un maestro. El asunto era así, el Rulo es un fana amigo de Central que tiene un par de ómnibus, está muy bien el Rulo. Y en esa época tenía un par de coches en la línea 305. Fue un ojete así de grande, porque si no teníamos que conseguir otro coche, cambiarle el color, pintarlo, qué sé yo, ponerle el número, un laburo bárbaro. Pero el Rulo tenía dos 305 y con uno de ésos ya tenía pensado pirarse para el Monumental el día del partido y más bien que se llevaba como mil monos que también iban para allá. Lo sacaba de servicio y que se fueran todos a la reputísima madre que los parió, no iba a perderse el partido ese.

“Entonces, el Rulo, con los monos arriba Y nosotros, tenía que estar con el ómnibus preparado, el motor en marcha, por España, estacionado. Y el Miguelito se ponía de guardia, tomando un café, justo en un boliche de ahí cerca desde donde veían la puerta de la casa del viejo Casale. Creo que a las cinco, nomás, de la matina, ya estaba el Miguelito apostado en el boliche haciéndose el boludo y junando para la casa del viejo. Te juro que ni los tupamaros hubieran hecho un operativo como ése, hermano. Fue una maravilla.

“Apenas vio que salía el viejo con una canastita donde seguro se llevaba algún matambre casero, algo de eso, el pobre viejo, el Miguelito cazó una Vespa que tenía en ese entonces, dio la vuelta a la manzana y nos avisó. Cargó la moto en el ómnibus, en la parte de atrás, detrás de los últimos asientos y nos pusimos en marcha. Ya les habíamos dicho a tres o cuatro pendejos, de esos quilomberos de la barra, que se hicieran bien los sotas, que no dijeran ni media palabra y se hicieran los que apoliyaban. Nosotros también, para que no nos reconociera el viejo, estábamos en los asientos traseros, haciéndonos los dormido, incluso con la cara tapada con algún pulover, como si nos jodiera la luz, o con algún piloto. Te digo que el día había amanecido frío y lluvioso, como la otra fecha patria, el 25 de Mayo. Además, el quilombo había sido guardar y esconder todas las banderas, las cornetas, las bolsas con papelitos, los termos, todo eso. Uno de los muchachos llevaba una bandera de la gran puta que medía 52 metros ¡52 metros, loco! Media cuadra de bandera que decía “Empalme Graneros presente” y tuvimos que meterla debajo de un asiento para que el. viejardo no la vichara. La cosa es que el viejo subió medio dormido y se sentó en uno de los asientos de adelante que ya habíamos dejado libre a propósito para que no viera mucho del ómnibus. Rulo le cobró boleto y todo. Y nadie se hablaba como si no nos conociéramos. Y como el ómnibus iba haciendo el recorrido normal, el viejo iba lo más piola, mirando por la ventanilla. La cuestión es que llegamos a Villa Diego y el viejo tranquilo. Cada tanto, cuando nos pasaba algún auto con banderas en el techo, tocando bocina, el viejo miraba a los que tenía cerca y movía la cabeza como diciendo “¡Mirá vos!”.

“Se ve que tenía unas ganas de hablar pero nadie quería darle mucha bola para no pisarse en una de ésas. Así que nos hacíamos todos los dormidos. Parecía que habían tirado un gas adentro de ese ómnibus hermano. Como cuando se muere algún ñato ¿viste? que se queda a apoliyar en el auto con el motor prendido y lo hace cagar el monóxido de carbono, creo. Bueno, así parecía que a nosotros nos había agarrado el monóxido de carbono. Pero, cuando llegamos a Villa Diego, por ahí el viejo se levanta y le dice al Rulo “En la esquina, jefe.”. Y yo no sé qué le dijo el Rulo, algo de que ahí no se podía parar, que estaba cerrado el tráfico, que había que seguir un poco más adelante y el viejo se la comió, pero se quedó paradito al lado de la puerta. Al rato, por supuesto, de nuevo el viejo, “En la esquina”. Ahí ya el Rulo nos miró, porque se le habían acabado los versos. Y ahí, hermano... ¡vos no sabés lo que fue eso! Fue como si nos hubiésemos puesto todos de acuerdo y te juro que ni siquiera lo habíamos hablado. Empezaron los muchachos a desplegar las banderas, a sacar las cornetas y las banderas por la ventana, y a los gritos, hermano, “¡Soy canalla, soy canalla!” por las ventanas.

“Pero no para el lado del viejo, el pobre viejo, que la cara que puso no te la puedo describir con palabras, sino para afuera, porque los grones, con lo quilomberos que son, se habían ido aguantando hasta ahí sin gritar ni armar quilombo para no deschavarse con el viejo, pero cuando llegó el momento agarraron las banderas, empezaron a sacar los brazos y golpear las chapas del costado del ómnibus y también el Rulo empezó a seguir el ritmo con la bocina.

“¿Viste esas películas de cowboy, cuando los choros van a asaltar una carreta donde parece que no hay nadie, o que la maneja nada más que un par de jovatos y de golpe se abren los costados y aparecen 17.000 soldados que los cagan a tiros? ¿Que levantan la lona y estaban todos adentro haciéndose los sotas? Bueno, ese ómnibus debió ser algo así. De golpe se transfonnó en un quilombo, un escándalo, una de gritos, de bocinazos, cornetas, una joda. ¡Y la gente al lado de la ruta! Porque desde la madrugada ya había gente a los costados de la ruta esperando que pasaran las caravanas de hinchas. Era para llorar, eso, conmovedor, te saludaban, gritaban, levantaban los puños, por ahí algún lepra, a las perdidas, te tiraba un cascotazo... Pero vuelvo al viejo, el viejo, no sabés la caripela que puso. Porque nosotros lo estábamos mirando porque decíamos: éste es el momento crucial. Ahí el viejo o cagaba la fruta, el corazón se le hacía bosta, o salía adelante. El viejo miraba para atrás, a todos los monos que saltaban y cantaban y no lo podía creer. Se volvió a sentar y creo que hasta San Nicolás no volvió a articular palabra. Te digo que el Rábano, el hijo de la Nancy ya se había ofrecido a hacerle respiración boca a boca llegado el caso, que era algo a lo que todos, mal que mal, le habíamos esquivado el bulto porque, qué sé yo, te da un poco de asco, además con un viejo. Pero mirá, te la hago corta. Mirá, cuando el viejo ya vio que no había arreglo, que no había posibilidad de que lo dejáramos bajar del ómnibus, se entregó, pero se entregó entregó. Porque, al principio, nosotros nos acercamos y nos reputeó, nos dijo que éramos unos irresponsables, unos asesinos, que no teníamos conciencia, que era una,verguenza, qué sé yo todo lo que nos dijo. Pero después, cuando nosotros le dijimos que él estaba perfecto, que estaba hecho un toro, que si se había bancado la sorpresa del ómnibus quería decir que ese cuore se podía bancar cualquier cosa, empezó a tranquilizarse. El Colorado llegó a decirle que todo era una maniobra nuestra para demostrarle que él estaba perfectamente sano y que incluso el médico estaba implicado en la cosa.

“Mirá hermano, y creéme porque es la pura verdad ¿qué intención puedo tener en mentirte, hoy por hoy? mucho antes ya de entrar en Buenos Aires ese viejo era el más feliz de los mortales, te lo digo yo y te lo juro por la salud de mis lujos. El viejo cantaba, puteaba, chupaba mate, comía facturas, gritaba por la ventana y a la cancha se bajó envuelto en una bandera. No había, en la hinchada, un tipo más feliz que él. Vino con nosotros a la popu y se bancó toda la espera del partido, que fue más larga que la puta que lo parió y después se bancó el partido. Estaba verde, eso si, y había momentos en que parecía que vos lo pinchabas con un alfiler y reventaba como un sapo, porque yo lo relojeaba a cada momento. Y después del gol del Aldo, yo lo busqué, lo busqué porque fue tal el quilombo y el desparramo cuando el Aldo la mandó adentro que yo ni sé por dónde fuimos a caer entre las avalanchas y los abrazos y los desmayos y esas cosas. Pero después miré para el lado del viejo y lo vi abrazado a un grandote en musculoso casi trepado arriba del grandote, llorando. Y ahí me dije: si éste no se murió aquí, no se muere más. Es inmortal. Y después ni me acordé más del viejo, que lo que alambramos, lo que cortamos clavos, los fierros que cortamos con el upite, hermano, ni te la cuento. Eso no se puede relatar, hermano, porque rezábamos, nos dábamos vueltas, había gente que se sentaba entre todo ese quilombo porque no quería ni mirar. Porque nos cagaron a pelotazos, ya el segundo tiempo era una cosa que la tenían siempre ellos y ¿sabés qué era lo fulero, lo terrible? ¡Qué si nos empataban nos ganaban, hermano, porque ésa es la justa! ¡Nos ganaban esos hijos de puta! ¡Nos empataban, íbamos a un suplementario y ahí nos iban a hacer refocilar el orto porque estaban más enteros y se venían como un malón los guachos! ¡Qué manera de alambrar! Decí que ese día, Dios querido, yo no sé que tenía el flaco Menuttl que sacó cualquier cosa, sacó todo, vos no quieras creer lo que sacó ese día ese flaco enclenque que parecía que se rompía a pedazos en cada centro. Le sacó un cabezazo de pique al suelo a Silva que lo vimos todos adentro, hermano, que era para ir todos en procesión y besarle el culo al flaco ése ¡qué pelota le sacó a Silva! Ahí nos infartamos todos, faltaban cinco minutos y si nos empataban, te repito, éramos boleta en el suplementario. Me acuerdo que miro para atrás y lo veo al viejo, blanco, pálido, con los ojos desencajados, pobrecito, pero vivo. Y ahora yo te digo, te digo y me gustaría que me contesten todos esos que ahora dicen que fue una hijaputez lo que hicimos con el viejo Casale ese día. Me gustaría que alguno de esos turritos me contestara si alguno de ellos lo vio como lo vi yo al viejo Casale cuando el referí dio por terminado el partido, hermano. Que alguno me diga si, de puta casualidad, lo vio al viejo Casale como lo vi yo cuando el referí dio por terminado el partido y la cancha era un infierno que no se puede describir en palabras. Te digo que me, gustaría que alguien me diga si alguien lo vio como lo vi yo. ¡La cara de felicidad de ese viejo, hermano, la locura de alegría en la cara de ese viejo! ¡Que alguien me diga si lo vio llorar abrazado a todos como lo vi llorar yo a ese viejo, que te puedo asegurar que ese día fue para ese viejo el día más feliz de su vida, pero lejos lejos el día más feliz de su vida, porque te juro que la alegría que tenía ese viejo era algo impresionante! Y cuando lo vi caerse al suelo como fulminado por un rayo, porque quedó seco el pobre viejo, un poco que todos pensamos; “¡qué importa!” ¡Qué más quería que morir así ese hombre! ¡Esa es la manera de morir para un canalla! ¿Iba a seguir viviendo? ¿Para qué? ¿Para vivir dos o tres años rasposos más, así como estaba viviendo, adentro de un ropero, basureado por la esposa y toda la familia? ¡Más vale morirse así, hermano! Se murió saltando, feliz, abrazado a los muchachos, al aire libre, con la alegría de haberle roto el orto a la lepra por el resto de los siglos! ¡Así se tenía que morir, que hasta lo envidio, hermano, te juro, lo envidio! ¡Porque si uno pudiera elegir la manera de morir, yo elijo ésa, hermano! Yo elijo ésa.


domingo, 9 de diciembre de 2012

Nota Editorial del Diario Los Andes: Hablando de la libertad... ¿Libertad para quién?


Por Alejandro Rodríguez

"Si hay una línea económica en la cual el Gobierno nacional ha sido consecuente, es la persistente restricción de las libertades en ese ámbito. Es un propósito deliberado, explícito, fundado en las ideas del populismo económico, que guían las acciones fundamentales de esta gestión presidencial."

Con este párrafo comienza la nota editorial del Diario Los Andes del día Domingo 09/12/12.





Claro que cuando leemos una afirmación como la anterior, debemos saber de quién viene.

Porque, cuando la Editorial del Diario Los Andes habla de "restricción de las libertades en la economía", habla de la libertad de algunos sectores en particular, ocultando en la omisión sus intenciones. La realidad es que estas "restricciones a la libertad" le han significado algunas libertades a gran parte de los argentinos.

El autor de la nota editorial siente un fastidio expreso frente a la intervención del Estado en la economía. Según lo expresa, la economía goza de una libertad natural que la llevará a buen puerto. Un discurso con algunos años, que ya conocemos.

Pero sabemos bien que no existe "la mano invisible" que regula la economía. Esta siempre ha estado y estará intervenida. El asunto es quién interviene.

Porque lo que hace tacitamente el autor es reclamar la "libertad" de la que gozaban sus patrones antes de que Néstor Carlos Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner asumieran en el poder. Antes de ellos, la economía estuvo intervenida por Martinez de Hoz, Alfonsín, Menem y finalmente De la Rua, aludiendo todos ellos a la "libertad del mercado".

Así se desreguló y se extranjerizó la economía, se liberaron los mercados, se privatizaron las herramientas fundamentales del Estado para poder intervenir y tal vez, el golpe más importante: la Ley de Convertibilidad que permitió la transferencia indiscriminada de nuestra riqueza al exterior.

La intervención del Estado ha permitido quitarles una parte del negocio a algunos de aquellos que gozaban exclusivamente de la "libertad", mientras millones de argentinos eran encadenados con la miseria y la pobreza. Ahora, a través de sus voceros, como el editorialista del diario Los Andes, estos grandes hombres de negocios escupen de amargura y exclaman a gritos sobre su "derecho" para poder hacer nuevamente los negocios que años atrás podían realizar libremente.

Ahora son otros los que intervienen y los beneficios de esa intervención son para muchos que habían sido relegados durante los "años de libertad".

Así, el Estado intervino para modificar el precio del Peso con respecto al Dólar, y le devolvió la competitividad a la Industria Argentina; el Estado intervino reteniendo una parte de la riqueza que las grandes cerealeras transferían a sus casas matrices y también interviene, desde Octubre de 2011 controlando rigurosamente la salida de las divisas del país, lo que permitió que Argentina tenga un saldo positivo en el trimestre Julio/Septiembre de este año; intervino recuperando Aerolíneas Argentinas, YPF directamente y muchas otras empresas a través de la inversión para la producción; intervino cuando impulsó la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que desarticula el monopolio de la palabra en la Argentina y señaló al principal cómplice de los sectores concentrados de la economía en la Argentina, el Grupo CLARÍN, dándole batalla y podemos contar muchos otros ejemplos de la intervención del Gobierno Nacional, "tirando para el lado de la justicia".

Entonces, vemos que cuando la Editorial del Diario Los Andes reclama "libertad", en realidad la reclama para algunos, y esos algunos son los responsables de la decadencia de las tres décadas anteriores al kirchnerismo.

Que intervenga aun más el Estado para poder recuperar todo lo que "libremente" le fue arrebatado al pueblo argentino.

jueves, 6 de diciembre de 2012

LA CUMBRE IBEROAMERICANA 2012: LOS DEFENSORES Y LOS DETRACTORES DEL AJUSTE


Por Alejandro Rodríguez para la Revista Integración Nacional

En 2007, la cumbre Iberoamericana tuvo un color distinto a la de 2012. España tenía muy poco interés en modificar su relación con los países de Latinoamérica, pues no tenía la necesidad. Al día de hoy, la crisis ha mellado en la economía española y la gran intención de España es hacer negocios con nuestra región para tratar de zafar de la crisis. Pero nuestra historia nos ha enseñado cuales son las causas, las consecuencias y algunas de las soluciones reales a la decadencia que está atravesando el viejo continente.



El objetivo de los anfitriones de la Cumbre Iberoamericana 2012, el rey Juan Carlos y el presidente Mariano Rajoy, fue el de establecer con el cono sur grandes negocios con la finalidad de hacer retroceder la crisis que atraviesa este país. La intención está basada en la cooperación de los países suramericanos para la creación de empleo, impulsar el desarrollo de infraestructuras y fomentar la expansión internacional de las PyMEs como motor del crecimiento.

La respuesta de los diferentes representantes de las comitivas suramericanas no difirió de tomar en cuenta estas alternativas para entablar negocios con España. Pero la “discusión”, si se quiere, estuvo acalorada en otro aspecto.

Consultado al respecto de las medidas de austeridad aplicadas en España, durante uno de los eventos posteriores a la cumbre, Mariano Rajoy dijo: “Creo que España tendrá crecimiento positivo en 2014. Mi objetivo es el crecimiento económico y la creación de empleo. Creemos que las reformas que hacemos serán buenas en el medio y largo plazo”.

Podríamos citar aquí textualmente muchas de las declaraciones al respecto de la defensa que hace y ha hecho, en este caso, Rajoy de las medidas de ajuste que se vienen aplicando en España. Lo importante aquí es que ni el rey ni el presidente pretenden desviar el camino que le señalan los altos círculos de los intereses financieros en Europa.

La contracara de ello durante la cumbre fueron las declaraciones de Dilma Rousseff y de Rafael Correa, fundamentalmente, como el eje de la postura de suramérica al respecto de la política europea.

Rafael Correa dio un discurso (veasé la nota del diario Público.es “Cómo contar la crisis española hablando de Ecuador”) en la facultad de Pablo de Olavide de Sevilla, donde fue aclamado por los estudiantes. Allí señaló que "no venía a dar consejos al Gobierno español de cómo salir de la crisis sino a describir lo que había pasado en su país". Pero sus palabras estuvieron cargadas de un fuerte paralelismo entre lo ocurrido con la historia de Ecuador y la actualidad española.

Hablando del camino económico previo a su presidencia dijo que "fue el de las privatizaciones, las desregulaciones y los recortes sociales, predicados por el consenso de Washington, la biblia del neoliberalismo para América Latina […] Nos impusieron leyes que decían que impulsaban la competitividad y la flexibilidad en el trabajo, lo que es lo mismo que explotar a los trabajadores".

Correa entiende perfectamente quienes son los enemigos de las clases postergadas de Europa y del desarrollo de los países periféricos; señaló: "La burocracia financiera internacional cuando tomas decisiones no está pensando en solucionar vuestro paro, está pensando en el pago de la deuda".

Rousseff fue un poco menos sutil: “La experiencia demuestra que cuando la austeridad es exagerada se derrota a sí misma”. A su juicio, “la retirada de derechos no puede ser la única respuesta para una crisis de deuda” y que “austeridad y crecimiento”, no es sino “un falso dilema”. “Si todos hacen ajustes de forma simultánea, se conduce a la recesión, sería una estrategia perversa” destacó dejando, al igual que Correa, un claro mensaje a la cúpula del poder europeo sobre su opinión sobre la austeridad fiscal.

Rousseff y Correa conocen esto y surge de sus declaraciones lo siguiente: España podrá establecer todos los negocios que quiera, instalar las empresas que quiera y participar de todos los mundiales, pero el ajuste tiene un solo resultado.

En 2007 fue célebre la frase del rey Juan Carlos “pero por qué no te callas” dirigida hacia Hugo Chávez, cuando el presidente de Venezuela le reprochaba al que fuera el presidente de España en aquel entonces, José María Aznar, sobre la participación de su gobierno en las intrigas que llevaron a cabo el intento de golpe de Estado de 2002 sobre Chávez. Cuando Daniel Ortega hablaba de la participación fraudulenta de las empresas españolas en las privatizaciones en Nicaragua, el rey se paró y se fue en medio del discurso. A la finalización de la cumbre, que se desarrollaba en Chile, se entonaron las estrofas del himno de dicho país; su majestad nuevamente, se retiró en medio del acto.

En ese tiempo, España no parecía estar interesado en tener buenas migas con nuestra región. Pero en aquel momento, España no había atravesado una crisis como la que atraviesa ahora. Sin embargo, no solo debería buscar mejorar las relaciones comerciales, sino buscar ejemplos y consejos en nuestras tierras de cuáles son las políticas que permiten dejar la crisis atrás, dejando el camino del ajuste de lado.

viernes, 23 de noviembre de 2012

SOBRE EL FRACASO DE LAS POLÍTICAS DE AUSTERIDAD EN EUROPA: GRAN BRETAÑA Y ESPAÑA

Por Alejandro Rodríguez para la Revista Integración Nacional

El desempleo en los 27 países que conforman la Unión Europea llegó al 10,6% (25 millones de ciudadanos). Peor aún, es la situación de los 17 países que han adoptado el Euro como moneda ya que la Eurozona batió un nuevo record en el pasado septiembre: 146.000 personas se quedaron sin empleo y se suman al ejército de desocupados que representa al 11,6% de la población de la Zona, unas 18,5 millones de personas.


Solamente con estos datos podemos darnos una idea de lo lejos que están los ciudadanos europeos de escapar de la crisis que los azota.

Los líderes de la Europa en crisis pretenden convencer al mundo de que la senda de la austeridad es la que llevará al viejo continente a mejor puerto. Los dueños de los bancos se frotan las manos de placer frente a los planes de ajuste que se están llevando a cabo y frente a los que están por venir. Ya saborean las jugosas ganancias que les brindan el hambre y la miseria de los más postergados en Europa y en todo el mundo.

Más allá que los países más industrializados de Europa se “ven mejores” que los países periféricos, las políticas de ajuste también les llegan, y se cargan con las clases sociales más postergadas en el reparto, en Londres y en Madrid, en Berlín y en Milán, en París y en Atenas.

Algunos datos sobre dos países, uno central y el otro periférico, nos dejan ver el grado de la pendiente por la cual se caen las economías en Europa.

Dios salve a la Reina… ¿y a los trabajadores?
Desde finales de 2011, el Reino Unido atraviesa su recesión más larga en los últimos 50 años. Su economía se contrajo un 0,2% durante el primer semestre y se espera que llegue al 0,4%, para fin de año. Los Juegos Olímpicos le brindaron un pequeño empujón al crecimiento del PBI, pero no bastó para salir del pozo.

La Oficina Nacional de Estadísticas inglesa indicó que la tasa de desempleo alcanzó su nivel más bajo en los últimos quince meses. Sin embargo, se trata mayormente de trabajos informales o de media jornada, lo que desalienta este resultado. Además, tener un empleo no garantiza salir del espectro de la pobreza: un 60% de los 7,9 millones de adultos en situación de pobreza tienen un trabajo.

Las estrategias de austeridad también han estirado la brecha entre los más pobres y los más ricos: la crisis, en la actualidad, afecta 13 veces más a los ingleses más pobres que a los más ricos, fundamentalmente porque gran parte de los sectores que se encuentran dentro de los márgenes de la pobreza depende de la asistencia del Estado, y muchas de las partidas destinadas a la asistencia social han sido “reasignadas”.

Pese a las multitudinarias manifestaciones en las principales ciudades de Inglaterra en repudio a las políticas de austeridad, impulsadas por los sectores gremialistas más importantes; el Primer Ministro David Cameron no desiste del rumbo. El recorte alcanzará unos 10.000 millones de libras. Significará unos 700.000 trabajadores ingleses en la calle.

La España del desempleo record
Uno de cada cuatro españoles no tiene trabajo. Así de frío es el dato. El 25,02% de la población de España está “parada”, cifra que representa el record histórico en el país ibérico. Sólo en lo que va del segundo semestre de 2012, 799.700 personas han perdido su empleo. De este número se desprende otro dato significativo: en lo que va del año, hay 230.000 empleados públicos menos, de los cuales 49.400 surgieron entre Julio y Septiembre. En más de 16 provincias, el promedio supera el 30% y en el caso particular de Ceuta, llega al 41%. El 55% de la población joven no tiene trabajo.

Veamos que en uno de los sectores más importantes de la economía, la construcción, se perdieron 56.100 puestos de trabajo en el último verano español.

Y la entrada en los periodos invernales es un mal signo, pues es cuando menos posibilidades existen de conseguir empleo. Se estima que hacia finales del próximo invierno la cifra de ciudadanos en estado de paro trepe a los seis millones.

El umbral de la pobreza alcanza al 21% de la población; a uno de cada cuatro menores de 16 años; disminuye en los mayores de 67 años y es más fuerte en la población de entre 16 y 64 años, digamos, la población económicamente activa.

Aún, en España, no se terminan de ejecutar la totalidad de los planes preparados para enfrentar la crisis.
Estos números caracterizan una parte de la devastación sembrada por los grupos concentrados de la economía a nivel global. Son los que la provocaron y son los que imponen sus “soluciones” a la crisis en Europa y en otros lados del globo.

Pero la historia y el presente nos muestran la verdadera trama detrás de esto. Son algunas minorías las que se siguen enriqueciendo la crisis y las grandes mayorías las que pagan los platos rotos.

El horizonte no es nada favorable para esta Europa en Crisis.

domingo, 3 de junio de 2012

"El Fútbol es sagrado"

Por Alejandro Rodríguez para la Revista Integración Nacional

El fútbol es parte de los argentinos.

Asoman los palos de la construcción que hacen de arcos en los terrenos baldíos; los grafitis rojos, negro, azules y amarillos y de mil colores; los niños que bufan cuando un automóvil interrumpe el match que disputan en la calle; los televisores pasando el fútbol en directo en todos los bares; camisetas de todos los clubes entre la gente: uno se encuentra con Messi, con Tévez, con Mascherano, con Higuaín, con Riquelme y con Trezeguet en cada esquina; las chicanas que le hace un amigo al otro al cruzarse en la calle, en referencia a algún partido sobre el que habían apostado; los colectivos de línea repletos de hinchas subiendo por calle Colón en dirección al estadio Malvinas Argentinas; los señores entrados en edad en la vereda leyendo el suplemento deportivo; el análisis minuto a minuto en el mostrador de la carnicería; el silencio sepulcral de las siestas los días domingos y el vago rumor de Víctor Hugo relatando un trabado partido entre vaya a saber Dios qué dos rivales.

Más allá de los desinteresados, los escépticos y los híbridos, éste noble deporte se mezcla con nuestras vidas de forma inevitable.

Pero nuestra intención es destacar otro aspecto que el fútbol ofrece.

La llamada “Ley del Deporte”, ley 20.655/74 sancionada durante la tercera presidencia del Teniente General Juan Domingo Perón decía en su artículo primero:

“El Estado atenderá al deporte en sus diversas manifestaciones considerando como objetivo fundamental:

a) La utilización del deporte como factor educativo coadyuvante a la formación integral del hombre y como recurso para la recreación y esparcimiento de la población;

b) La utilización del deporte como factor de la salud física y moral de la población;

c) El fomento de la práctica de competencias deportivas en procura de alcanzar altos niveles de las mismas asegurando que las representaciones del deporte argentino a nivel internacional sean la real expresión de la jerarquía cultural y deportiva del país;”

Estos eran algunos de los puntos fundamentales del espíritu de la ley sancionada, que nunca alcanzó plena vigencia, desafortunadamente, y a principios de la década de los 90 dejaron de funcionar aquellos aspectos de la ley que habían encontrado lugar.

En tanto el desarrollo de los clubes sociales y deportivos estuvo ligado al desarrollo urbano (extensión de las líneas del ferrocarril y la consecuente construcción de los barrios de los obreros que trabajaban allí; la fundación de pueblos y barrios; etc.) y cumplieron la función de dar un lugar de esparcimiento para las actividades de los habitantes de un determinado lugar, logrando la inclusión de los distintos sectores que la componían. Es fundamental el papel de los clubes.

El deporte más popular puede ser la punta de lanza, si nuestro objetivo es darle al deporte la importancia que el peronismo le dio y que se expresó en la ley mencionada.

Pero durante el menemismo los clubes fueron cooptados por intereses empresariales que se dedicaron a hacer negocios con los derechos de transmisión por televisión que pertenecía a los clubes; con las instalaciones, los estadios y fundamentalmente con los pases de los jugadores; desmantelaron las divisiones inferiores y se redujo la actividad del resto de las disciplinas, entre otros males.

Esto provocó, en términos deportivos, que el nivel futbolístico de las ligas argentinas disminuyera notablemente, condición que aun se expresa en nuestro días: Rosario Central, River, Ferro, Quilmes, Gimnasia y Esgrima de La Plata y Huracán descendieron a la segunda categoría; Independiente, Racing y San Lorenzo pelean para no disputar los lugares del descenso; el nivel de la primera división no tiene el brillo de años anteriores. Además, se dio la quiebra de muchos clubes que tienen historia en nuestro fútbol como Talleres o Deportivo Español, que sobrevive a duras penas, sin contar con los cientos de clubes barriales o pueblerinos que dejaron de existir.

Es menester que el Estado intervenga para revertir esta situación. El “FÚTBOL PARA TODOS” y la “Copa Argentina” son dos pasos que nos permiten desandar el camino del retroceso. Pero aún queda mucho por hacer para recuperar la función social e inclusiva de los clubes. La popularidad del fútbol puede ser fundamental en esta discusión.

"EL FÚTBOL ES SAGRADO... Desde aquella revelación hasta nuestros días, nunca me he sentido solo en el inquietante sendero de la existencia", decía Roberto Fontanarrosa. Una expresión de que el fútbol es parte de nuestra cultura, en la pluma del “Negro”.

Mientras tanto, en la tele, All Boys derrota a Independiente y Belgrano de Córdoba convierte el 1 a 0 frente a Atlético Rafaela con un tiro libre penal.

Quien escribe espera ansiosamente el momento en que los once del club de sus amores estén parados en la cancha, y que el referí ordene, con un pitido, que el partido está en marcha…

lunes, 2 de abril de 2012

La hermanita perdida

(Atahualpa Yupanqui - Ariel Ramírez)

De la mañana a la noche,
de la noche a la mañana,
en grandes olas azules
y encajes de espuma blanca,
te va llegando el saludo
permanente de la Patria.

Ay, hermanita perdida.
Hermanita, vuelve a casa.

Amarillentos papeles
te pintan con otra laya.
Pero son veinte millones
que te llamamos: hermana ...
Sobre las aguas australes
planean gaviotas blancas.
Dura piedra enternecida
por la sagrada esperanza.

Ay, hermanita perdida.
Hermanita, vuelve a casa.
(Atahualpa Yupanqui - Ariel Ramírez)


Malvinas, tierra cautiva,
de un rubio tiempo pirata.
Patagonia te suspira.
Toda la Pampa te llama.
Seguirán las mil banderas
del mar, azules y blancas,
pero queremos ver una
sobre tus piedras, clavada.
Para llenarte de criollos.
Para curtirte la cara
hasta que logres el gesto
tradicional de la Patria.

Ay, hermanita perdida.
Hermanita, vuelve a casa.

viernes, 24 de febrero de 2012

ELECCIONES EN VENEZUELA - CAPRILES RANDONSKI: EL CANDIDATO GOLPISTA DE LA "NO CONFRONTACIÓN"

Por Alejandro Rodríguez. Para la Revista Integración Nacional

Es notable como la historia parece repetirse una y otra vez en nuestro continente. Las consignas que esgrimían los que se enfrentaron a Juan Domingo Perón y el peronismo allá por la década del ´40 en la Argentina parecen hacer eco en nuestros días. Pero en este caso en la República hermana de Venezuela.

Es que el pasado Domingo 12 de Febrero se realizaron elecciones primarias entre los partidos opositores al gobierno de Hugo Chávez Frías para elegir al candidato que se opondrá al actual presidente el próximo 7 de Octubre en las elecciones generales. Quien resultó electo candidato con un 60% para este desafío fue Henrique Capriles Randonski.

Podemos empezar a hacernos una idea de cuáles son los intereses que Capriles Randonski representa tan solo sabiendo que considera al Gobierno de Chávez como “fracasado”. Es decir que para él es un fracaso que se gobierne a favor de la mayoría de los venezolanos. Lógicamente no es casualidad que Capriles sea quien enfrente a Chávez. Él y su familia son dueños del enorme multimedios venezolano “Cadena Capriles” y de la productora de cine “Cinex”.

Ya conocemos que influencia tuvieron los multimedios en el golpe de Estado perpetrado contra Chávez en 2002, golpe en el cual Capriles participó y por lo que la justicia venezolana abrió una causa en su contra. Además, guió los ataques que se realizaron contra la embajada de Venezuela en Cuba, según ha sido demostrado. También cuenta con influencias en Petróleos de Venezuela (PdVsa), lo que le permitió conformar, a partir de los fondos de dicha empresa, el partido “Primero Justicia” en 2000. Fue con este sello político con el cual llegó a la alcaldía del municipio de Baruta en dos oportunidades consecutivas y con el que actualmente gobierna el estado de Miranda.

Capriles pretende durante su campaña “no confrontar” con Chávez. Esta no confrontación tiene que ver con esconder el conflicto de intereses que existe y que es innegable. Obviar la discusión política es una de las herramientas de la partidocracia para encarar las elecciones. Afortunadamente Chávez cuenta con el respaldo del 66% del electorado, según encuestas realizadas recientemente en Venezuela. Parece que no le será muy útil a Randonski evitar hablar sobre las cosas importantes.

También plantea propiciar “un marco de seguridad jurídica” que garantice la realización de mejores negocios, “abriendo la puerta a todo el mundo”. Esto significa garantizar la seguridad jurídica para que empresas transnacionales puedan realizar sus negocios sin la intervención molesta del Estado. Este es uno de los guiños de Randonski a las empresas extranjeras, como las petroleras, con las que “quiere hacer las paces para que vuelvan a controlar el mercado, como antes de Chávez”.

Pero estos son solamente algunos rasgos del candidato del espectro opositor al gobierno de Chávez que se nuclea en la “Mesa de la Unidad Democrática”; “Unidad Democrática” que defiende los intereses antinacionales cuando estos se ven en riesgo porque la mayoría del pueblo venezolano, en este caso es el que ha tomado las riendas de su destino.

“Ya tiene fórmula presidencial la ciudadanía argentina. Ahora puede oponerse al nombre nazista del coronel la formula democrática de la unidad. La comparación es en número y calidad desalentadora para el naziperonismo […]” (1) decía la “Unión Democrática” a través del Partido Comunista en las vísperas a las elecciones de 1946.

Omar De Marchi, en representación del Partido Demócrata de nuestra provincia de Mendoza, participó como veedor internacional de las elecciones primarias de la Mesa de la Unidad Democrática. Declaró lo siguiente: “[…]todos los partidos de oposición al régimen chavista se han unido, más allá de sus diferencias ideológicas, en el ánimo de recuperar para los venezolanos la democracia, la independencia de los Poderes del Estado, y el respeto a las libertades individuales."[…] "La Mesa de Unidad Democrática esta integrada por diversos partidos desde expresiones de la derecha venezolana hasta el propio Partido Comunista, ya que todos comprenden que sin leyes es imposible progresar como país, y hoy la ley en Venezuela es Chávez.”(2)

Ya vemos quienes son los que apoyan a Capriles Randonski para enfrentar a Hugo Chávez. El lector llegará a sus propias conclusiones.

Fuentes:
(1)“Revolución y Contrarrevolución en la Argentina: La era del peronismo”. Jorge Abelardo Ramos.
(2)Diario “Los Andes”; lunes 13 de Febrero de 2012.

viernes, 17 de febrero de 2012

Martín Caparrós contra la soberanía argentina sobre Malvinas

Por Alejandro Rodríguez

Es increíble para mi, aunque no me sorprenda, ver como algunos "argentinos" se esfuerzan por defender los intereses antinacionales. Como este caso de Martín Caparrós, que en una entrevista sobre su último libro no pierde oportunidad de hacer notar sus posiciones en contra de los intereses argentinos. Cuestiona los argumentos que sostienen nuestra soberanía sobre las Islas. Notablemente antinacional: Caparrós: "Mientras haya gente que sufra hambre, cualquier esfuerzo por Malvinas es obsceno"

jueves, 16 de febrero de 2012

Sin demasiadas contemplaciones: Chávez y la banca privada

Por Alejandro Rodríguez

El presidente venezolano, Hugo Chávez Frías anunció que en estos días impulsará una ley para que los créditos que los principales bancos privados de Venezuela, el Provincial del BBVA, el Banesco y el Mercantil, que se destinan a la producción agrícola, vayan a un fondo del Gobierno que se encargará de distribuir los préstamos a sus destinatarios.

Es más que interesante el motivo, pues, en el último año, es decir, el 2011, 8372 millones de dólares habían sido destinados a ese sector, pero los mayores beneficiados habían sido los grandes productores, marginando a los pequeños y medianos productores. Chávez decidió orientar a través del Estado el crédito de forma equitativa y sin irregularidades.

Además anunció que, en caso de que los bancos se resistieran, no tendría ningún inconveniente en comprar los bancos y nacionalizarlos, para poder lograr sus objetivos, que son del interés de la mayoría de los venezolanos. Ya lo ha hecho antes, no tendrá contemplaciones en hacerlo de nuevo.

En Integración Nacional nos hemos encargado, en más de una oportunidad de señalar el papel involutivo que tiene la banca privada de capitales extranjeros en las economías de los países semicoloniales, con sus créditos usurarios y sus economistas liberales. Entonces, comprendemos cada paso de Chávez en este sentido, que no ha dudado un segundo en hacer lo que sea necesario para poner la economía y las finanzas al servicio del pueblo de Venezuela.

lunes, 23 de enero de 2012

El sobreprecio de los monopolios

Por Alejandro Rodríguez

El Gobierno Nacional denunció a cinco compañías petroleras en Argentina por cobrar sobreprecios en la venta de gasoil a granel a empresas de transporte de pasajeros y de carga, en comparación con estaciones de servicio donde se vende combustible al público en general. Cinco empresas son las implicadas en esta denuncia: Repsol-YPF, Petrobras, Esso, Shell y Oil Combustibles, que se estarían apropiando de un sobreprecio de aproximadamente 8,4%, lo que representaría un monto de 3500 millones de pesos al año.

Según la investigación hecha por la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia, más allá de los números que caracterizan la estafa de estas empresas, lo que les posibilita lucrar estas diferencias es su posición dominante en el mercado. No existe competencia que les dispute la oferta, y estas “cuatro o cinco empresas” acuerdan los precios para abusar de los consumidores, que no tienen otra opción que recurrir a ellos, porque nadie más puede brindar esos productos o servicios. Esta conformación de “carteles” es causa fundamental de esos monopolios de producción que posibilitan los procesos inflacionarios en la Argentina (vea “La Inflación: sus causas y posibles soluciones” de “INTEGRACIÓN NACIONAL SONO FILM”). Además cabe destacar que el Estado subsidia en diferentes escalas a las compañías petroleras, lo que agrava esta situación.

Más allá de las regulaciones que se puedan imponer, la solución está a la vista: para desarticular estos mecanismos monopólicos, es necesario posibilitar la generación de nuevas empresas que puedan competir con estas ya existentes. Para este fin, el Estado deberá ser el que otorgue las posibilidades a aquellos que quieran emprender las nuevas empresas o poner en carrera a las que están y no pueden hacer frente al monopolio, pues los intereses privados (antinacionales y/o extranjeros) han demostrado no tener más intención que el de concentrar las riquezas y dar la espalda a los argentinos.

Por el camino que ha trazado el Gobierno Nacional en los últimos 8 años, sabemos que tienen la legitimidad para avanzar sobre estos asuntos, a diferencia, por ejemplo, de los gobiernos de Carlos Saúl Menem que fue uno de los responsables, entre otras cosas de brindarles un marco legal a las empresas mencionadas para llevar a cabo el fraude.

sábado, 21 de enero de 2012

Déficit en las provincias

Por Alejandro Rodríguez

En las provincias en las que las cuentas del Estado están más “flojas”, es donde el sistema tributario viene a provocar los ajustes primero. La estructura de recaudación de impuestos que acarreamos de la década de los 90´, de carácter regresivo, provoca que los gobiernos provinciales cuyas cuentas ya se encontraban en rojo, tengan que enfrentar en este 2012 un déficit aún mayor. Esta situación se da a pesar de que la recaudación durante 2011 ha sido mayor, debido a que el Estado Nacional debe enfrentar, en el marco de la crisis que atraviesa el mundo, la caída del superávit comercial y el descenso de las reservas de libre disponibilidad. El Estado Nacional recauda del total de la Nación un porcentaje mayor que el del gasto al que hace frente en cada una de las provincias. La recaudación es cercana al 80% mientras que cubre gastos aproximadamente por el 54%. Debido a este déficit, las provincias van a depender aun más del Estado Nacional, pues deberán esperar nuevos financiamientos o refinanciación de las deudas que ya existen.
Así, los gobernadores de Río Negro, Santa Cruz, Chubut, Neuquén, Córdoba, Chaco, Catamarca y Mendoza ya han justificado fuertes medidas de ajuste para sus provincias para este 2012, como congelamiento de sueldos, eliminación de paritarias, aumento en las tarifas, recortes presupuestarios, despidos, entre otras muchas medidas.
“En Santa Cruz, cuando su gobernador, el kirchnerista Daniel Peralta, lanzó en cadena provincial el proyecto de ley de “emergencia económica”, desató un caos social. Propuso elevar la edad jubilatoria, eliminar “privilegios” de los empleados públicos, suspender la paritarias, pagarles en bonos a proveedores por cuatro años y subir impuestos a casi todos los sectores.(…) El jueves, en Río Negro, aprobó la Ley de Emergencia y con ella pasó a disponibilidad por 180 días hábiles a 20 mil empleados estatales en planta permanente (sobre un total de 47 mil). Además, habilitó el uso de cianuro en la minería con fines recaudatorios.”
“El caso de Córdoba y Mendoza, dos provincias con fuerte recaudación, no es diferente. En la primera aumentaron los impuestos hasta 40% y ya anticiparon que no habrá más de 12% de aumento para los 100 mil estatales provinciales en 2011. En Mendoza, Francisco Pérez dijo que congelará salarios para reducir el déficit de $ 2 mil millones, la mitad de los cuales usó para pagar salarios. En Catamarca, el presupuesto 2012 implica recortes de entre 30% y 40%. El Chaco, que gobierna Jorge Capitanich, también recortará gastos y salió a refinanciar deuda.”
detalla diario Perfil al respecto.
La pregunta es que, si bien el Estado Nacional ha empleado los recursos obtenidos para, por ejemplo, poder regularizar la situación con los acreedores extranjeros, pudiendo así tener mucha más independencia de esta presión internacional, en el marco de la crisis: ¿hasta cuándo el Estado va a poder sostener los déficits de las provincias? ¿No es hora de pensar en un régimen fiscal más federal que desarticule la vieja y oxidada estructura económica que arrastramos desde el menemismo?
Una enorme voluntad política se requiere para tales objetivos. La modificación de la Constitución Nacional será necesaria, para darle una orientación a este aspecto, que federalice los recursos provinciales, para darles autonomía real a las provincias y para evitar que los Gobernadores deban recurrir a la generosidad del Estado Nacional, a las Inversiones Extranjeras o al tan indeseado y dañino ajuste.